domingo, 16 de mayo de 2010

LA ZUBIA, ESE PUEBLO



Narración realizada por Don Manuel Molina Benitez, usuario de Guadalinfo, que nos trae recuerdos y aromas con esta bella narración, de La Zubia, en un mes de Mayo, cualquiera, cuando el era pequeño..GRACIAS MANOLO.

LA ZUBIA, ESE PUEBLO

Los recuerdos dormidos, pero no olvidados, de aquél pueblo en el que tuve la dicha de nacer, recuerdos de aquellos huertos verdes por sus hortalizas, sus manzanos, sus perales y sus cerezos; Cerezos que derramaban sobre las acequias circundantes a lo huertos sus rojos frutos, que como barcos pequeños a la deriva, navegaban sin rumbo, y la chiquillería como pequeños piratas golosos los atrapaban para degustar aquellos barquitos rojos que en las tardes de verano eran una delicia para el paladar. Recuerdo sin pena, pero sí con nostalgia y añoranza aquellas tardes de estío, cuando en los meses de verano y el calor más fuerte era, en la acequia gorda nos bañábamos, sin más ropa que la que nos había dado la madre naturaleza. Aparte de la pequeña congregación de niños que alborotaba y chapoteaba en el agua, también se bañaban las ranas, y alguna que otra pequeña culebra de agua;los pequeños animales esperaban escondidos pacientemente la marcha de aquellos gigantes tan ruidosos y usurpadores de su entorno y medio natural. Y todas estas vivencias se recuerdan con agrado y como tiempos lejanos; lejanos porque soy mayo; mayor, no es ser viejo, mayor es aquel que aún te puede enseñar muchas cosas, viejo es quién ya no enseña nada . En La Zubia, en el mes de mayo, cuando las celindas, las rosas y claveles inundaban con su olor las tardes frescas y suaves de la primavera, para dar paso a unas noches frescas y preñadas del olor de los muchos jazmines y galanes que, exuberantes crecían en sus jardines y huertas. El mes de mayo, en La Zubia, era especial el día de la cruz, el tres;y el dieciséis, las fiestas patronales, se celebraban estas fiestas con un mar de alegría y sencillez, en el día de la CRUZ era el día de la merienda más multitudinaria del pueblo, ese día todos marchaban al campo para comer un huevo cocido con habas verdes. SAN JUAN son las fiestas patronales eran los días de estreno,los menos, estrenaban algo y los otros se conformaban con que le plancharan la camisa y le dieran dos perras gordas; y todos tan contentos porque cuando no se tiene casi nada, y la vida te proporciona algo, todo es alegría contento y bienestar. Pero mayo, tenia muchas mas cosas por la estación que acaba de terminar mayo despierta con un cielo totalmente azul y un sol que luce distintopor la ausencia de contaminación, las tardes cálidas como cálida es la suave fragancia de las mil y una flor y no menos cálida la pequeña procesión que de muchachas adolescentes y algunas no tanto pero todas con la misma ilusión la de ofrecer a MARIA sus flores, su devoción y amor a la patrona LA VIRGEN DE LA ASUNCION a la que te ofrece su hombro cuando estas cansado para que apoyes tu cabeza. Y su manto en el que puedas depositar tus lágrimas y los suspiros producidos por la nostalgia y la añoranza de los tiempos pasados que tal vez no serian los mejores pero si los más bonitos porque eran los de un niño. Niño que eneste mes vivió un gran acontecimiento tan grande que jamas lo olvidará. En el transcurso de la vida podrá cambiar de ciudad, de país, de ideología tanto política como religiosa, pero lo que no olvidara nunca sera el día de su primera COMUNION. LA ZUBIA de aquellos días antes de que se embovedara el barranco, cuando aun existía el barranco sin embovedar con su caseta de arbitrios en el puente y su puesto de melones todos los veranos y acompañados del kiosco de ANTONIO con su pequeña fabrica de helados instalada en el mismo kiosco es decir, que era tienda y fabrica a la vez, cuanto daría yo por tener en mi poder aquella pequeña pero eficaz y eficiente fabrica. Aquel bombo atacado de hielo que sin parar así como un pobre loco daba y daba vueltas hasta que aquella hoya de leche que previamente habia sido pasteurizada y aromatizada en la casa, se iba poco a poco con la colaboración de Antonio, que con su pala de madera no cejaba en su labor ni un momento, hasta que la leche tomaba textura que el gran maestro consideraba era la adecuada. Y ya se habia realizado el milagro de la transformación de la leche en helado y me atrevo a decir milagro porque cuando en la tele ponen un reportaje de alguna fabrica de helados y yo recuerdo aquel artilugio en tono despreciativo sino en tono admirativo porque aquel bombo además de helados hacia milagros y los hacia de todos los sabores, de chocolate, vainilla, fresa, turrón y tuti-frutis. Los despachaba MARIA que era la mujer de ANTONIO, se ponía un delantal, tan blanco como la espuma de la leche que utilizaban para el helado. Ya no están aquí ninguno de los dos, nos dejaron hace tiempo, la muerte no nos arrebata a los seres queridos, sino que nos los guarda en el corazón, pero la vida, ha veces si que nos los quita y no podemos recuperarlos. Tenían tres hijos que se encargaban con las bicicletas de vender en los pueblos como Cajar y demás llegando hasta Huetor Vega, aquellas épocas eran en verdad muy duras y un constante luchar por la vida y la supervivencia, en la época de ferias con una caseta de tiro y unos pequeños columpios, comenzaba el peregrinar de esta familia que como errantes peregrinos deambulaban de pueblo en pueblo para acumular lo necesario y abastecerse de lo que necesitaban para poder pasar otro frío y largo invierno, cuando no podían salir a las ferias. Desgraciadamente uno de aquellos tres Hijos de este matrimonio también nos dejo a igual que sus padres. Desde aquí un recuerdo para ellos.

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